"Frente a los acontecimientos que suceden en relación con el campo, ocurre que el ciudadano común se pregunta a veces inocentemente: ¿cuál es la razón por la cual tanto el gobierno de Perón como el actual se atribuyen el derecho de quedarse con una parte de las utilidades que provienen del "esforzado" trabajo del mundo agropecuario?. Reside aquí una de las tantas trampas de nuestra historia y de nuestra política".
"Se oculta que el negocio agropecuario, en cualquier parte del mundo, tiene una renta, una ganancia, normal y propia del capitalismo en que se vive, pero que además, en la Argentina tiene una superganancia –que ha sido llamada con razón "renta agraria diferencial"- y es sobre esta que se produce hoy la acción del Gobierno..."